Lista Roja
del Patrimonio Complutense

Una relación del Patrimonio Histórico en riesgo


NUEVOS (Y OCULTOS) HALLAZGOS EN LAS EXCAVACIONES DEL YACIMIENTO DE LA ESGARAVITA Y VILLA ROMANA DE EL VAL

(Artículo publicado en el semanario "Puerta de Madrid", el 27 de agosto de 2011)


   

 

Son numerosos los yacimientos arqueológicos que engalanan generosamente estas tierras complutenses. Pocos son visitables; no todos están protegidos. De entre todos ellos, destacan por méritos propios el Yacimiento Calcolítico de La Esgaravita y la Villa Romana de El Val, que ocupan prácticamente el mismo terreno.

¿De verdad son importantes? Su estado de abandono, suciedad y el proyecto aún vigente de edificar en la parcela, parecen contradecir su pretendido valor. Ni siquiera parece despertar el interés de la Corporación Municipal.

Insistimos: ¿son importantes estos yacimientos? Hagamos un poco de historia. Fue allá por mayo de 1970 cuando unas obras sacaron a la luz, inesperadamente, los restos de una villa romana y necrópolis visigoda, en el Camino de los Afligidos. El movimiento de tierras destruyó parte de los restos. Pese a tan mal comienzo, esta villa se reveló como punto de especial interés en el pasado romano de la provincia. Excavada inicialmente por el Grupo Arqueológico de Alcalá, posteriormente se haría cargo de los trabajos el prestigioso arqueólogo Dr. D. Juan Zozaya Stabel-Hansen, con apoyo del mismo grupo —Zozaya había sido, en 1969, director de las excavaciones de Alcalá la Vieja—. Se extrajeron y catalogaron mosaicos, fragmentos de terra sigillata, monedas, hebillas y otros objetos.

Inicialmente, se estimó que la villa —hipotéticamente dedicada a la cría caballar— se extendía por una superficie de unos 300x150m. Pero no terminó aquí la historia. Habría más sorpresas.

 
Superposición de estructuras de distintas cronologías
 

En el mismo solar, un poco más al Este, aparecería el ahora conocido como Yacimiento de La Esgaravita. Pronto quedó establecido como uno de los enclaves más emblemáticos y citados de la Prehistoria reciente. El Grupo Arqueológico de Alcalá, que se encontraba trabajando en la villa romana, inspeccionó el terreno y pudo recuperar más de 80 fragmentos cerámicos, así como una treintena de piezas fabricadas en sílex. El yacimiento fue identificado como de cronología Calcolítica precampaniforme (III-II milenio a. E. C.)

Estos hallazgos se encuentran dentro del Área A de protección arqueológica de Alcalá de Henares. El Yacimiento de La Esgaravita, junto a la Villa Romana de El Val y la Necrópolis de los Afligidos, son Bien de Interés Cultural, incoado por Resolución de 24/10/1988 por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura de la CAM (BOE 310 de 27/12/1988). Algo que supuestamente le otorga cierta medida de protección.

Hasta aquí, lo relacionado podría ser el preámbulo de una feliz historia: la catalogación y recuperación de dos yacimientos arqueológicos de alto valor, su futura musealización, como parte imprescindible que son de la historia de la ciudad, del centro peninsular en las épocas Calcolítica, Romana y Visigoda. Pero... la realidad es bien otra.

En abril/mayo del pasado año 2010, repentinamente apareció un gran cartel anunciando obras en el solar. Se publicitaba la construcción de 31 viviendas, con plazas subterráneas de garaje. ¡Sobre el mismo yacimiento! Como si no hubiera otros lugares en Alcalá donde poder edificar sin dañar el patrimonio. Se denunció el hecho, pública y oficialmente, en instancias superiores al Ayuntamiento de Alcalá —que apoyaba la construcción—. Otras organizaciones se hicieron eco. Al parecer, esta labor de denuncia y movilización ciudadana tuvo su efecto y la obra se detuvo. Momentáneamente.

Tras unos meses de espera, se reiniciaron las anteriores labores de excavación arqueológica en el solar. Y aquí emergió la buena sorpresa: las nuevas prospecciones han demostrado que la extensión de la Villa Romana de El Val es mucho mayor de lo inicialmente estimado. Se traslapa ampliamente con el yacimiento Calcolítico. Numerosas estructuras hasta ahora soterradas, muros de canto rodado, cerámicas, silos y otros elementos, han salido a la luz, mostrando de manera inequívoca que el yacimiento es mucho más extenso, mucho más importante, de lo que se suponía. Hasta ahora tan solo se ha actuado sobre una parte, quedando todavía amplias secciones bajo tierra. Secciones aún desconocidas que no se han excavado —ni se pretenden excavar—, que desaparecerán para siempre bajo bloques de pisos si no lo paramos.

Estas excavaciones han evidenciado que el yacimiento tiene un valor más alto del inicialmente supuesto. Aun así, haciendo oídos sordos, se mantiene el proyecto de construir, como anuncia el cartel de la promotora privada. Por si fuera poco, la página web de la Empresa Municipal de la Vivienda publicita otra promoción, de 86 viviendas, en el mismo solar.

Con tantos intereses, no extraña que las excavaciones arqueológicas de estos días se hayan llevado a cabo en segundo plano, sin publicidad, sin que haya comunicación de los hallazgos. Sin transparencia. Hallazgos que son fácilmente observables desde el exterior, o a través de las numerosas entradas que presenta la penosa y rota valla. Todo apunta a que el expediente se pretende solventar entre bastidores. Que las obras de construcción del edificio se van a retomar, sin apenas hacer ruido. Existe la grave amenaza de que estos valiosos restos acaben bajo toneladas de ladrillo y hormigón. Los indicios e intenciones manifiestas apuntan a la total desaparición del Yacimiento de La Esgaravita, como total ha sido la desaparición del vecino y antiguo molino del mismo nombre, hoy simplemente un solar. ¿No escarmentaremos?

Ahora, las excavaciones han terminado, sin planes de continuidad. El siguiente paso previsible, será la entrada de maquinaria y la construcción del edificio proyectado. Si no lo evitamos. Esto no puede pasar desapercibido. La ciudad de Alcalá de Henares tiene que saber lo que se ha descubierto. Los hallazgos se han de hacer públicos. El Yacimiento de La Esgaravita/El Val, sus restos de cronología Calcolítica, Romana y Visigoda, deben ser recuperados, protegidos. Sin excusas. Las Administraciones deben facilitar que los arqueólogos sigan trabajando en el solar, extendiendo la zona de actuación, protegiendo lo descubierto, documentando, haciendo visitable —mediante la adecuada musealización, cuando haya fondos— tan importantes yacimientos. No podemos permitirnos el lujo de perder a escondidas nuestro patrimonio histórico y cultural. Si la excusa perfecta es la falta de fondos, siempre será preferible dejarlo ‘reposar’ protegido, para tiempos mejores o generaciones venideras.

‘El conocimiento nos hace libres’. Por contra, la ignorancia, la ocultación de datos, tan solo puede servir para amparar actuaciones que no resisten la luz de la legalidad. No podemos consentir que, al abrigo de desconocidos intereses, se lleven a cabo actuaciones inmobiliarias a costa del patrimonio de todos. Atropellos así los hemos sufrido en el pasado, fruto de la ignorancia, el oscurantismo y del “todo vale”. Pero esos tiempos se han acabado.

Señores alcalde y concejales de Alcalá: luz y taquígrafos. Queremos información pública y la garantía de que NO se va a edificar en ese solar, en ningún centímetro cuadrado. Que se revoquen y anulen los permisos de edificación. Queremos la promesa de su firme protección y salvaguarda, en tanto se consiguen fondos para su completa recuperación. Que se publiciten los nuevos hallazgos y se elimine todo riego de construcción. El solar, sus hallazgos, piden a gritos la creación de un Parque Arqueológico. Alcalá lo demanda y ustedes, nuestros gestores, deben proteger, no dilapidar, el patrimonio de Alcalá. Esa es su misión.



GDPC

 

Situación sobre el terreno (Google Maps)
(La "ruina" del centro es un flamante Centro de Interpretación que se dejó a medio construir)


Nuevos descubrimientos en el solar proyectado para levantar un edificio.
El Ayuntamiento no le asigna valor


Muros, silos y otras estructuras


Estructuras de cronología romana, bajo amenaza de ser arrasadas


Restos cerámicos desenterrados, entre muros de canto rodado

 

 

 


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