En 1485 nació, en esta ciudad de Alcalá de Henares, la que llegaría a ser Reina de Inglaterra, Catalina de Aragón, hija de Isabel de Castilla. Tras una azarosa vida, en Peterborough, Reino Unido, yace enterrada desde 1536. Este es el punto de partida de la vinculación existente entre ambas ciudades, en principio tan distantes. Numerosas actividades culturales, visitas recíprocas, un amplio pasado histórico que incluye la huella de Roma, ahondan en ese feliz hermanamiento. Pero hay algunos matices en los que, obviamente, nos diferenciamos. Aparte del idioma, otra diferencia es la que hacemos objeto de este texto: el magnífico y ejemplar Parque Arqueológico Flag Fen (www.flagfen.com).
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Recreación educativa de una cabaña, Flag Fen |
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¿Qué es el Parque Arqueológico Flag Fen? Se trata de un yacimiento situado a las afueras de Peterborough, que se ha sabido recuperar, haciéndolo visitable al público en general. Pese a ello, Flag Fen continúa siendo una excavación en activo, que no deja de brindar nuevos descubrimientos, al tiempo que realiza numerosas actividades culturales y educativas. En este parque británico podemos encontrar un camino estacado, de aproximadamente un kilómetro de longitud —actualmente soterrado en su mayor parte—, con una antigüedad estimada de 3.500 años, conservado en medio de los antiguos humedales. Era un sitio de culto, lugar de ofrendas, zona fronteriza, a la que se ha sabido dotar de interés turístico y atractivo cultural. En Flag Fen se han recreado ambientes de la Edad del Bronce y del Hierro, mostrando de una manera didáctica —a la vez que rigurosa— los utensilios, modos de vida, circunstancias que rodearon esos períodos. Accesible fácilmente en coche, pie o ruta ciclista, ofrece al visitante además, un museo (con los hallazgos locales), centro de acogida, tienda de recuerdos, espacios para actividades, un jardín romano (el yacimiento se halla junto a una calzada del I siglo, también visitable). En definitiva, un must-see, uno de esos lugares que ningún visitante a la ciudad dejaría de ver, además de contemplar su espléndida catedral (con el sepulcro de la Reina Catalina) y otros vestigios de su esplendoroso pasado. El descubrimiento del yacimiento, los trabajos de excavación en él efectuados y la posterior musealización (sin impedir la continuación de los trabajos arqueológicos), han dotado al lugar de un alto interés cultural y turístico.
¿Qué tiene Flag Fen de interés para nosotros? Además de brindar más motivos, si cabe, para visitar nuestra ciudad hermana de Peterborough, nos pone un ejemplo de lo que se puede conseguir si hay voluntad y visión de futuro, sin grandes necesidades de inversión. Porque en Alcalá podemos tener nuestro particular ‘Flag Fen’, tan solo con que nuestras autoridades locales, animadas por la población, sepan aprovechar los vestigios del paso de la Historia por este solar complutense. Entre los innumerables restos que atesora la ciudad y su término municipal, tenemos el Yacimiento Calcolítico de La Esgaravita, junto a la Villa Romana de El Val.
Dentro de la arqueología madrileña, el yacimiento de La Esgaravita es uno de los enclaves más conocidos de la Prehistoria reciente. Su descubrimiento, de forma casual durante la instalación de varios depósitos de gas, causó serios daños al lugar. En el momento del hallazgo, el Grupo Arqueológico de Alcalá excavaba en las inmediaciones la villa romana y necrópolis visigoda de El Val. La inspección del terreno, permitió recuperar algo más de 80 fragmentos cerámicos y una treintena de piezas fabricadas en sílex, encontradas fuera de contexto al haberse alterado el terreno (por la actuación de maquinaria). El yacimiento fue publicado a finales de los años 70 como de cronología Calcolítica precampaniforme (III-II milenio a. C.) Estaríamos hablando de más de 4.000 años de antigüedad.
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Cerámicas de cronología Calcolítica encontradas en el lugar
(Foto TEAR) |
A finales de los años 80 se efectuó una excavación arqueológica de urgencia, en la que se descubrió una estructura de planta oval, excavada en el terreno, que sería interpretada como espacio doméstico o cabaña. También ‘se localizaron silos, cubetas, algunas con indicios de haber sido utilizadas como hogares domésticos, zanjas y agujeros de poste de diversas estructuras, todo ello perteneciente a un yacimiento Calcolítico de gran extensión, que se estima con una superficie cercana a 3 Ha’.
La Esgaravita se corresponde con un tipo de registro arqueológico denominado tradicionalmente de “fondos de cabaña”, caracterizado por la localización de numerosas estructuras subterráneas que, en líneas generales, se identifican con cabañas semiexcavadas, silos de almacenaje y hoyos con diferentes funciones. El área en la que se localiza el yacimiento se encuentra dentro del Área A de protección arqueológica del municipio de Alcalá de Henares. También se beneficia (en teoría, al menos) de un expediente como Bien de Interés Cultural.
La expansión de la ciudad alteró seriamente el yacimiento, riesgo que no termina de desaparecer. Tras cesar en el uso de los depósitos de gas (Finangás), recientes planes proyectan la construcción de un edificio de viviendas en el terreno, con garajes subterráneos incluidos —hay un gran cartel en el solar que anuncia la “próxima construcción”—, contando con el beneplácito y autorización del Ayuntamiento de Alcalá. De ocurrir esta desgracia, se causarían más daños graves en el yacimiento, o se provocaría que desapareciese de manera definitiva e irrecuperable. ¿Es un futuro negro lo único que podemos esperar para el yacimiento de La Esgaravita?
Creemos que hay otras alternativas más interesantes y atractivas, realistas, posibles en la práctica, que salvarían el yacimiento y dotarían a la ciudad de Alcalá de un punto insustituible de interés turístico, cultural y económico: el futuro Parque Arqueológico de La Esgaravita.
Aprovechando el solar que resulta de unir ambos yacimientos —la ahora abandonada Villa Romana de El Val, con los restos a medio excavar del asentamiento prehistórico de La Esgaravita— Alcalá podría conseguir uno de los focos de mayor interés museístico de todo el centro peninsular. El visitante encontraría un yacimiento vivo, en constante progresión, didáctico, fácilmente comprensible mediante las instalaciones y guías adecuados.
¿Lo imaginamos? El visitante llegaría a una zona debidamente acotada, ajardinados sus alrededores. La cercanía del río lo vincula y abraza con el entorno rural y fluvial de la ciudad, haciendo que su visita sea un agradable, un fresco paseo junto al Henares. Ya en el lugar, el centro de acogida de visitantes —que no necesita edificios costosos de diseño, ni instalaciones vanguardistas— daría la bienvenida, a la par que ofrecería información, guías, fotos y datos del lugar, mostrando in situ los hallazgos actuales y futuros. El Parque, debidamente acotado, vería preservadas las zonas de actuación arqueológica en desarrollo, quizá incluso apoyadas por campañas veraniegas, con equipos de estudiantes ayudando en las tareas a los expertos.
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Vista aérea de Flag Fen, yacimiento vivo visitable (Bing Maps)
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En las zonas practicables, se situarían recreaciones rigurosas y avaladas de un poblado del Calcolítico, apoyándose en los hallazgos, en los restos cerámicos y demás materiales del sitio. El visitante, por lo tanto, podría observar la recreación hipotética de cabañas —elaboradas con materiales fácilmente obtenibles en el lugar— silos, utensilios, a la vez que obtendría información más detallada mediante paneles o guías personales que explicaran sus funciones, modos de vida, el día a día de los primitivos alcalaínos.
¿Eso sería todo? No olvidemos que en el mismo solar se encuentra la, ahora abandonada, Villa Romana de El Val. El visitante del yacimiento disfrutaría de otro ambiente, ‘saltando’ a través de los siglos, donde podría recrearse, también, la vida de una villa romana rural, hipotéticamente dedicada a la cría caballar. Con el máximo respeto a los restos presentes, se mostraría, de manera documentada y fiel, el modo de vida de un núcleo de esas características.
¿Un imposible? No, si hay voluntad y buena gestión. Al hablar de este posible Parque Arqueológico de La Esgaravita, hablamos de una intervención que se puede realizar de manera gradual, permitiendo su musealización y visita desde el mismo primer momento. Una módica cuota de entrada, perfectamente asumible, contribuiría a su mantenimiento; además de lo que se pudiera obtener por la venta de publicaciones y recuerdos, destinados a sufragar la inversión. Tampoco podemos olvidar las ventajas económicas que repercutirían en la ciudad (hostelería y otros servicios) que, al prolongar el interés turístico y cultural hacia el Este de la población, ampliaría los lugares de visita y proveería de un nuevo foco de atractivo cultural.
¿Más facilidades? El yacimiento se podría beneficiar de un servicio circular de bús lanzadera, adaptado a los horarios y usos de los posibles visitantes. Se enlazaría, por ejemplo, el Foro Romano, la Casa de Hippolytus y la Villa Romana de El Val (lo que incluye el yacimiento Calcolítico), en una “Ruta Romana” a la manera de las que existen en otras localizaciones.
No podemos desfallecer y creer que tan solo se trata de un sueño imposible. Estamos hablando de realidades que están en funcionamiento en otros lugares, desde hace años, con resultados altamente interesantes. Hemos hablado del Parque Arqueológico Flag Fen. No fue ésta una actuación que se hiciera sin dificultades. La preservación de los restos obligó a re-inundar zonas, antiguamente pantanosas, así como alterar flujos de agua. Pero los resultados muestran que fue una decisión muy acertada. Una inversión amortizada. En Alcalá de Henares podemos hacerlo.
Si pensamos que todo esto es un imposible, nos queda la otra opción: permitir que sigan adelante los planes de edificación actualmente en marcha y perder definitivamente el yacimiento. O, en el “mejor” de los casos, damos paso a dos “isletas” descontextualizadas entre edificios y plazas de garaje —yacimiento Calcolítico y Villa Romana entre modernas construcciones de los siglos XX y XXI.— habiendo dejado pasar una oportunidad de oro, que habremos de lamentar nosotros y las generaciones que nos sucedan. Tal como ahora lamentamos que la mitad de Complutum está oculta bajo edificios de viviendas, por una atroz falta de visión y previsión en décadas pasadas.
La elección está en nuestras manos. Tenemos los medios. Los grandes caminos comienzan siempre con el primer y modesto paso. Paso que, en este caso, sería la necesaria protección y captación de los terrenos que no sean de titularidad municipal, compensando a los propietarios. Posteriormente, el re-vallado y limpieza del solar. Después, la posibilidad inmediata de ser visitado, ser incluido en las rutas turísticas de la ciudad. Y, paso a paso, ir dotando al Parque Arqueológico de La Esgaravita del esplendor que le deseamos. Alcalá puede tener su propio y especial Flag Fen. Un yacimiento Calcolítico-Visigodo-Romano que dote de más valor a la población, revitalice aquella zona de la ciudad y recupere una parte importantísima de la Historia de Alcalá de Henares a través de los siglos.
Apostemos por Alcalá, con decisión. Pidamos a nuestras Administraciones local, autonómica y estatal que apuesten por Alcalá. Estamos a tiempo de conseguirlo, antes de que sea demasiado tarde.
GDPC
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Restos arqueológicos de cronología romana
(En la actualidad se ha avanzado en los descubrimientos) |
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Situación del solar en 2010 (Bing Maps)
¿Por qué no se puede convertir este lugar en un Parque Arqueológico de alto interés?
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