Lista Roja
del Patrimonio Complutense

Una relación del Patrimonio Histórico en riesgo

ADDENDA
   


 

5.5. Árboles, contenedores y vehículos

La inadecuada situación de determinados elementos del ‘decorado urbano’ es otra de las afecciones que desmerecen y alteran negativamente la estética de la ciudad. Los vecinos de Alcalá, a fuerza de verlo día tras día, podemos acabar por acostumbrarnos a esta situación. Pero resulta chocante e incomprensible al visitante que llega atraído por la historia de Alcalá, ávido de pasear y contemplar sus calles y edificios.

 
Saturación y enmascaramiento
 

Quien haya intentado fotografiar los antiguos colegios o conventos, sabe cuán difícil tarea es esta. Por una parte, en los últimos años se han plantado árboles de hoja perenne a lo largo de numerosas calles. En principio puede parecer una idea atractiva: dotar de verdor y frescor a los viales que, de otro modo, parecerían áridos. El problema aparece cuando se intenta apreciar una fachada en toda su extensión, fotografiarla... y resulta imposible, indistin-tamente de la época del año en la que se acuda. Abundantes y mal ubicados cipreses, o aligustres de jardinería, ocultan tras su ramaje buena parte de las joyas arquitectónicas complutenses. ¿Por qué no recurrir a árboles de porte adecuado y hoja caduca, bien situados? Proporcionan sombra en el caluroso verano, frescor, dan lustre a la ciudad, al tiempo que permiten en otoño, con la caída de la hoja, ver en todo su esplendor fachadas y monumentos.

Más decepcionante aún es la presencia de contenedores de basura colocados ante numerosas fachadas de notable interés. Contenedores que impiden su contemplación, al tiempo que afean y desmerecen el entorno. Es obvio que su existencia es necesaria. Pero cuestionamos su colocación y oportunidad en determinados casos. Estimamos que se puede recurrir al soterrado de algunos de ellos, o estudiar su cambio de ubicación, fijándolos al suelo para evitar que sean desplazados.

 
 
¿En el mejor lugar?

Sería interesante contemplar el establecimiento de “áreas de respeto” delante de los edificios y ubicaciones monumentales. Delimitar perímetros que excluyan la colo-cación de árboles inadecuados, contenedores de basura, marquesinas de bus, e incluso que impidan o limiten el aparcamiento de vehículos, sacando la acera hasta el nivel de la zona de rodaje. Áreas de protección que realcen la monumentalidad de una fachada, que limpien sus líneas y perspectivas de elementos discordantes. Si alguien ha intentado tomar fotografías de las fachadas de la iglesia del Colegio Máximo de Jesuítas, o del Colegio del Rey, sabe a qué nos referimos. Es casi del todo imposible obtener imágenes libres de coches, furgonetas o marquesinas.

Podemos poner un ejemplo clarificador: la plaza del Empecinado, sita ante el antiguo colegio de Mercedarios Descalzos, anterior Depósito de Sementales (ver foto superior). Es uno de los monumentos más enmascarados y difíciles de fotografiar de toda Alcalá. Su importancia y estética son difícilmente apreciables en el estado actual. Si bien no se pretende al momento eliminar el actual arbolado, de excesivo porte (una decisión que debió adoptarse en su día, con visión de futuro), sí es posible y deseable eliminar los antiestéticos contenedores de basura situados delante de la fachada, así como convertir esa plazuela en peatonal, eliminando la actual saturación que lleva a aparcar incluso encima de las aceras, a escasos centímetros de la fachada de la antigua iglesia y cuartel. De este modo, pasaría de ser la zona degradada que ahora es, a constituirse en uno de los rincones más pintorescos y visitables de Alcalá. Una recuperación estética y cualitativa para el entorno.

Es verdad. Rápidamente habremos pensado en qué se puede hacer con esos vehículos y tantos otros que parecen no encontrar sitio. El problema de la falta de aparcamientos es uno de los más notorios de la ciudad, tanto en el centro histórico como en los barrios periféricos. No se puede negar la realidad. Pero se puede hacer compatible con otras necesidades.
Los cascos históricos tienden a la peatonalización de sus calles, de manera imparable. Para ganar en calidad de vida, como instrumento de revitalización, para devolverle al peatón un lugar que le corresponde por derecho... Y como protección para sus estructuras y monumentos, muy vulnerables ante la agresión que supone el constante paso de vehículos, gases, hollines, ruidos.

En estos últimos años se han establecido tres grandes aparcamientos subterráneos en el casco histórico: La Paloma, San Lucas y el Mercado; amplios aparcamientos que, no obstante, difícilmente llegan a ocupar siquiera la mitad de sus plazas. Es un hecho constatado. ¿Por qué? Tal vez fuera necesario revisar sus tarifas y condiciones, facilitando la ocupación por parte de los vecinos de las zonas colindantes, o al visitante, despejando de esta manera las estrechas calles monumentales. Con las debidas facilidades y previsiones, no sería gravoso establecer las citadas “áreas de respeto”, libres de vehículos. Hay que recuperar la ciudad para las personas. El patrimonio de Alcalá lo merece; también lo merecemos los complutenses.

Trinitarios Descalzos, ante fachada: daños por arbolado y fugas de agua



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