5.1. Consideraciones generales
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Alcalá, detalles por descubrir |
Ninguna lista es enteramente completa; no al menos en este campo. Es difícil establecer límites acerca de qué incluir o excluir, acerca de los criterios para valorar un riesgo o determinado inmueble. ¿Quién toma la decisión de lo que merece ser preservado y lo que no? ¿Un técnico de particular criterio? ¿La decisión popular mayoritaria? ¿Una comisión de expertos cualificados? ¿Quiénes? Es inevitable que haya diferencias de opinión, lagunas, omisiones involuntarias. Al elaborar este catálogo hemos procurado que fuera exhaustivo, completo, aun conociendo las limitaciones. Ardua tarea de difícil solución.
Bueno es parar en ello, porque no todo está reflejado aquí. No son pocos los edificios que yacen enmascarados, altamente desfigurados, en cualquier rincón de nuestra ciudad. A los ojos del observador poco avisado pueden pasar por inmuebles ruinosos, de escaso o nulo valor, dignos de ser demolidos, sustituidos por una nueva y moderna edificación. Desde cierta inmobiliaria justificaban la reciente pérdida del Colegio de Aragón: ‘esa finca se caía a trozos, argamasa en mal estado. El edificio que se va a levantar será más bonito’. Modernos apartamentos de fácil venta, contra un colegio universitario del s. XVII, de escaso o nulo rendimiento económico. El dinero prima sobre la historia, una vez más.
Con este concepto de lo que vale y no vale, de lo que es útil o no, el patrimonio histórico de Alcalá lo tiene muy difícil. ¿Es ese el futuro que le espera? ¿Sólo se ha de mostrar interés en la rehabilitación cuando pueda obtenerse rendimiento económico o político? ¿Cuánto se supone que valen, en pesetas o euros, la cultura, la historia, la tradición...? El espíritu.
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En la C/ Libreros, bajo el enfoscado |
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Son muchas las ‘modestas’ edificaciones que, jalonando las calles del casco antiguo, o en el extrarradio, guardan entre sus muros de ladrillo y tapial páginas irrepetibles de la rica historia complutense. El arte de alarifes, la inventiva de artesanos locales, el uso de materiales reutilizados, ingeniosas resoluciones, esquemas repetidos mil veces, adaptados a cada situación... y siempre válidos. No queremos que estas edificaciones sigan pasando desapercibidas, minusvaloradas.
Por eso, aun someramente, desde estas líneas llamamos la atención a su existencia. Tanto de lo aquí reseñado, como de lo que se nos haya pasado por alto. Urgimos a las autoridades municipales acerca de su necesario conocimiento. De la exacta inspección y supervisión de obras, licencias, reformas y estado actual de cada una de las edificaciones que forman parte del tejido histórico de Alcalá. Hacemos una llamada al escrupuloso respeto de estructuras, alturas, volúmenes, materiales... Bajo muchas de esas desmejoradas fachadas, de ajados enfoscados, se encuentran elementos arquitectónicos dignos de ser preservados; patios enmascarados embutidos en muros; sillares ocultos en zonas colmatadas por rellenos; rejerías de forja al descuido de un apresurado derribo.
A nuestros gobernantes municipales y autonómicos —los más cercanos—, a la ciudadanía de Alcalá, entre quienes nos incluimos, pedimos cuidado extremo y atento. Ojo avizor: cada obra, cada reforma, cada pared que se viene abajo, puede ser un elemento de valor. Se requiere la supervisión de técnicos formados, de personal cualificado que impida su destrucción o expolio. Antes, durante y después de conceder cualquier autorización o licencia. También se necesita el interés del vecino, del paseante atento, que dé la alerta sobre actuaciones que pretendan pasar ocultas. Conciencia y conocimiento.