Lista Roja
del Patrimonio Complutense

Una relación del Patrimonio Histórico en riesgo

PUENTE SOBRE EL RÍO TOROTE
   


 

4.1.5. PUENTE SOBRE EL RÍO TOROTE

 
 
Aspecto actual

Ubicación: Antiguo Camino de Aragón, anterior N-II, sobre río Torote.
Datación: 1776.
Descripción: Puente de sillares de caliza, un total de diez arcos de medio punto, sobre el río; tajamares semicirculares aguas arriba y abajo.
Catalogación: Estructura con Protección Ambiental.
Estado actual: Inserto en actual estructura de hormigón, acumulación de escombros y pintadas
Riesgo: Notable.

Otros detalles: El 13 de mayo de 1767, el ingeniero Marcos de Vierna elabora un proyecto de puente para este paso, en el ancestral Camino de Aragón. En el año de 1776 se comunica la conclusión del décimo arco, último del total. Queda, pues, establecido y en uso el puente de piedra sobre el arroyo o río Torote. Cabe destacar dos detalles de interés: se realiza con piedra extraida de la cantera ubicada en el término municipal de Villalbilla. Las obras son sufragadas por pontazgo (derecho de paso); gastos en los que, al parecer, no interviene directamente la ciudad de Alcalá.

En los días 18 y 19 de diciembre de 1783, puente y calzada reciben serios daños por las crecidas, que se llevan parte del camino por delante, deteriorando la estructura del puente. Se comisiona al académico Don Francisco Sánchez y al arquitecto Don Juan Eusebio de la Viesca, para que examinen los daños e informen. D. Francisco Sánchez recomienda en su informe que se hagan otros diez arcos (veinte en total), para dar salida adecuada a las futuras avenidas. De la Viesca, por su parte, propone hacer otros tres arcos en la "parte del rompimiento, frente a la madre alta del río". Sería un añadido de tres arcos, pero a cierta distancia de los diez existentes, algo más al occidente, para recibir y evacuar parte de la acometida de aguas según las dirige la madre del río. La situación del puente, desplazada en relación al empuje de las aguas, es buena parte del problema.

 
Centro, de sillares; extremos, de hormigón
 
Pintadas

El Consejo de Castilla acuerda, el 21 de abril de 1784, que la obra sea adjudicada conjuntamente a Juan Eusebio de la Viesca y a Mateo Guill, profesor éste de arquitectura y Académico de San Fernando, uniendo ambas licitaciones en una. En ese mismo mes de abril comienzan los reparos de la parte existente. Esta vez, la piedra se extrae de la cantera del cerro de San Juan del Viso. Pero el Consejo cambia de opinión y, en el mes de mayo, deja sin efecto el encargo. Designa a Ventura Rodríguez para que reconozca los puentes de Viveros (en San Fernando) y este del Torote. El arquitecto vuelve sobre la idea de realizar diez arcos más; no considera que sea suficiente solo con los tres nuevos proyectados por De la Viesca. Añade en su proyecto la modificación de los arcos preexistentes, para dotarles de ángulo a favor de las aguas, y la recomposición de la calzada. Pero el presupuesto que facilita es tan elevado (unos 441.580 reales), que se desestima. Finalmente no se lleva a cabo ninguno de tales proyectos, quedando las actuaciones limitadas a reparos sobre la obra inicial. El puente mantuvo sus diez ojos originales, sin añadidos; los mismos que presenta al día de hoy.

El aumento de tráfico que ha sufrido la carretera acabó por 'forzar' su ensanchamiento con arcos de hormigón, ya metidos en el siglo XX, lo que da al puente una falsa apariencia de modernidad. No es hasta que uno se sitúa bajo sus arcadas que nota cómo, en la franja central, subsiste el puente original de sillares de piedra caliza, embutido entre el hormigón. Los tajamares originales se desplazaron al exterior, manteniendo su funcionalidad. Al parecer, tenía una inscripción alusiva a su construcción; inscripción perdida en la actualidad.

Basura, pintadas y escombros se acumulan bajo sus arcadas. El puente no goza de buena salud.

Perspectiva en otoño



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