3.2.4. PALOMAR DE LA ESGARAVITA
|
|
|
Vista general (foto: Bing Maps) |
Ubicación: Finca La Esgaravita, al Este de la ciudad.
Datación: s. XVII.
Descripción: Edificio de estructura cuadrangular, dividido interiormente en diferentes secciones, habilitadas para la cría de palomas.
Catalogación: Envolvente Ambiental1 (PGOU-CBP).
Estado actual: Semiabandonado, act. usado como trastero, con daños en cubiertas y paramentos.
Riesgo: Grave.
Otros detalles: Es este un raro y muy singular edificio, digno de la máxima atención. Sumido en el olvido y semiabandono, es uno de los escasísimos ejemplos de los antaño comunes palomares: edificios sencillos, generalmente situados en zonas agrarias, levantados para propiciar la cría de palomas y poder sacar provecho de huevos y carne. No solo son muy escasos los ejemplos; menos aún los que se pueden catalogar como originarios del siglo XVII. Estas condiciones tan singulares se reúnen en la edificación objeto de esta ficha.
|
|
El palomar desde el exterior, en su estado actual |
|
En el interior, bajo una techumbre cubierta por teja árabe, actualmente en mal estado, se establecen los huecos para anidamiento de las aves. Se trata de piezas de alfarería de sección circular (tubos), encastradas de manera regular entre la argamasa que forma los muros. Al mismo tiempo, numerosos troncos de grosor adecuado se sitúan a diferentes niveles, seguramente para poder acceder con más facilidad a los huecos superiores, a la par que se facilita la estadía de las aves y dota de más solidez a la estructura. Según informes, en tiempos de pleno funcionamiento podía dar cabida a una población de tres a cuatro mil palomas.
Encontramos una vislumbre de su interés en el contrato de Sociedad que establecen, con fecha del 11 de enero de 1870, D. José Gerónimo Moreno y Molina, propietario de la finca, con Cayo del Campo, quien tomaba a su cargo la gestión de finca y fábrica de harinas. En una de las condiciones de la Sociedad estipulan que "se ha de conservar el Palomar, siendo los productos de la Sociedad. Para el aumento y conservación del mismo, todos los años se dejarán dos crías, bien al principio o ya al fin de la temporada, a elección del dueño de la Posesión”. El palomar no era suprimible, sino un valor añadido a preservar de manera contractual.
El hecho de hallarse en el interior de una propiedad privada, la finca de La Esgaravita, que perteneciera a la Compañía de Jesús hasta su expulsión en 1767, le ha dotado de una relativa protección. No se detectan signos de vandalismo ni otros daños tan comunes en aquellos elementos expuestos en zonas públicas. Aunque sí son notorios los efectos del abandono y falta de mantenimiento. Pero al mismo tiempo, esta situación que lo coloca al margen de la vista ajena, hace que el palomar sea desconocido para la inmensa mayoría de complutenses. Si por avatares de la vida la construcción se viniera abajo, o fuera demolida, difícilmente seríamos conscientes del alto valor de lo perdido.
|
|
|
Detalle del interior |
Se incluye en esta lista al Palomar de La Esgaravita para dar publicidad respetuosa de su existencia. Para recomendar su correcto mantenimiento por parte de la propiedad y, tal vez, recabar la ayuda de las Administraciones en el empeño. Una correcta rehabilitación, respetuosa con los materiales originales, requeriría de una importante inversión económica, tras riguroso estudio previo. Inversión que está generalmente fuera del alcance de los propietarios particulares.
Esperamos que estas líneas sirvan como llamada de atención a los organismos pertinentes para velar correctamente por este elemento patrimonial, su correcto cuidado y mantenimiento, así como las posibles ayudas en el empeño. Este singular y pintoresco palomar lo merece.