Lista Roja
del Patrimonio Complutense

Una relación del Patrimonio Histórico en riesgo

RECINTO AMURALLADO
   


 

1.3.1. RECINTO AMURALLADO

 
 
Vista aérea (foto: Bing Maps)

Ubicación: Vía Complutense c/v C/ Andrés Saborit, c/v C/ Cardenal Sandoval c/v Plaza de Palacio.
Datación: s. XIII-XX.
Descripción: Albacar rodeado en la actualidad por dieciocho torres, de desigual factura, unidas por lienzos de muralla de reciente reconstrucción.
Catalogación: Declarado Bien de Interés Cultural, Decreto 1284/68, BOE 10/06/1968. Protección Integral.
Estado actual: Con partes en proceso de restauración.
Riesgo: Notable.

Otros detalles: No hay concierto entre los autores a la hora de fijar cuándo da principio el recinto amurallado del Palacio Arzobispal, independiente al que tuvo el núcleo urbano. Es bastante probable que se estableciera en el siglo XIII, al tiempo que principia la residencia fortificada de los arzobispos, si  bien  en  un trazado y  dimensiones no coincidentes con los actuales. Se tiene constancia de importantes reformas a lo largo de su historia, destacando las que llevó a cabo el arzobispo D. Pedro Tenorio (s. XIV). En el siglo XVIII, el cardenal Lorenzana manda desmantelar la muralla, para entonces en mal estado, sustituyéndola por muro de tapial, con el propósito de procurar trabajo a la población en paro. A lo largo del siglo XX se realizan importantes obras de reforma, o reconstrucción, en ocasiones con resultados poco afortunados.

La cerca que llega a nosotros consta de dieciocho torres, incluyendo la Puerta de Burgos —posiblemente, la que mantiene elementos más antiguos— y el torreón de Tenorio. Torres de diferentes épocas y en situaciones muy diversas. Alguna de ellas, como la pentagonal torre albarrana, apenas sí levanta algo más de un metro del suelo. Desmantelada en el s. XIX para aprovechar su piedra en la construcción del cementerio, aún hemos de agradecer que nos haya llegado siquiera lo poco que ahora contemplamos, recrecido.

 
Árboles mal ubicados
 
Pintadas


En estos últimos años se han efectuado diferentes obras en el recinto, con importantes actuaciones de excavación, consolidación y restauración. ¿Por qué entonces incluirlo en este catálogo? Porque, a nuestro juicio, aún queda mucho por hacer. Sin dejar de valorar lo hasta ahora efectuado, queremos hacer notar la indefensión que achaca a buena parte del conjunto. Las pintadas, actos de vandalismo y expolio que siguen afectando a las estrucuturas, son buena muestra de ello. La instalación de un aparcamiento en superficie, el del Pico del Obispo, no hace sino agravar esa indefensión y facilitar las agresiones. La ausencia de vigilancia, lo retirado del lugar, propician el desafuero.

Tampoco se considera adecuada la plantación de árboles tan cerca de las estructuras (torres y muro), que impiden la adecuada contemplación, terminan por afectar a los cimientos, y son serios riesgos para un futuro no lejano, con el crecimiento de raíces, troncos y ramas. De igual manera, las praderas de césped, con importantes necesidades hídricas, son desaconsejables, por el gran aporte de humedades. Pese a lo grato que pueda resultar a la vista (algo que no se discute), afectan negativamente.

La celebración de conciertos y actos públicos multitudinarios en el interior, ha propiciado daños (en algunos casos irreversibles) y alteraciones. Este no es el lugar más a propósito para grandes movimientos de masas, como demuestra la experiencia.

Animamos a las Administraciones a continuar en la labor de recuperación de este recinto; labor que sabemos está limitada por las asignaciones presupuestarias. Pero solicitamos también que no se descuide la vigilancia, las labores de mantenimiento y protección. Pocas ciudades españolas pueden lucir un recinto histórico fortificado como este complutense. Deseamos que siga en pie, con sus elementos originales, por muchos siglos más.

 
Vista general, en dos tomas consecutivas, del recinto amurallado




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